Texto de Ana Laura Romero Pérez de León, redactora creativa en el Comité Editorial Cuadrante
Es el año 2021 y los millennials tenemos entre 25 y 40 años. Actualmente participamos en más del 45% del mercado laboral en México y constituimos alrededor del 24% de la población mundial. Somos la primera generación que creció con los medios digitales y, por lo tanto, fuimos parte del primer cambio acelerado en la dinámica de comunicación de las organizaciones que implicó el paso de los medios analógicos a los digitales, lo que hoy se conoce como “integración digital”. Puesto que no lo hicimos de manera consciente, hoy descubrimos la importancia de las prácticas cotidianas de comunicación que dan lugar a una profunda transformación en la sociedad.

¿Recuerdas cuando empezamos a “chatear”?
Algunos recordamos vagamente los primeros chats que se popularizaron en los años noventa, y que ofrecían una lista temática de las salas disponibles en las que platicábamos con un montón de desconocidos en tiempo real —sin duda algo parecido a los chats en vivo de las plataformas de streaming—. Más tarde, llegó a nosotros MSN Messenger, una plataforma que adquirió gran popularidad por sus opciones para crear listas de contactos y personalizar la interfaz gráfica con temas, emoticones, fotos de perfil, colores de texto, entre otras características innovadoras para la época.

Además de encontrar en Messenger una forma de expresarnos y socializar, muy pronto descubrimos las ventajas del trabajo en equipo mediante esta plataforma. Aunque en aquellos tiempos la mayoría de los usuarios realizábamos trabajos escolares, es probable que esa dinámica haya sido el preludio del trabajo remoto ya que fue un hito para la integración de la comunicación a través del Internet en las actividades cotidianas.

¿Cómo llegaron las redes sociales a las empresas?
Así como integramos Messenger a nuestra comunicación cotidiana, los estudiantes internos de empresas como Microsoft, se encargaron de llevar este tipo de plataformas de la universidad al ámbito laboral, pues pasaron de interactuar con otros alumnos a comunicarse con compañeros de trabajo y más tarde, con clientes. Este hecho dio lugar a la introducción de otras redes sociales como LinkedIn (2002) o Facebook (2004) en la comunicación interna de las organizaciones.
De esta manera las redes sociales migraron rápidamente del ámbito personal al profesional y se posicionaron como un elemento esencial para la interacción dentro de las organizaciones y el acercamiento a sus audiencias. Así, conforme se fueron integrando al uso cotidiano algunas plataformas como Twitter (2006), WhatsApp (2009), Instagram (2010) y TikTok (2016), las organizaciones comenzaron a ver el gran potencial de estos medios para maximizar el impacto de sus campañas y consolidarse en el mercado.
La integración digital es una necesidad
En la actualidad, la más que extendida cuarentena ha acelerado la aceptación de la comunicación a través de las plataformas digitales en todos los ámbitos, por lo que resulta extraño pensar en una organización sin presencia online. Pero más allá de crear un buen sitio web o un perfil verificado en las redes, es indispensable desarrollar estrategias de comunicación que conduzcan la imagen de la organización y el mensaje de marca hacia el público objetivo para que no se pierda en el mar infinito del Internet. Por éstas y otras razones, en Cuadrante nos hemos dado a la tarea de apoyar a las organizaciones durante su integración digital, pues entendemos que es vital contar con una minuciosa estrategia de Digital PR para blindar la reputación y consolidar la presencia online de cualquier organización que busque mantenerse vigente.